Científicos de la UNAM desarrollan medio para detectar contaminantes en el agua

[vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern»][vc_column][vc_column_text]Por: Jonathan Zaragoza[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]»¿Y si utilizamos ondas de sonido para hacer levitar gotas de agua y facilitar la detección de metales pesados?» Esta fue idea millonaria llevada a cabo por dos investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]¿Cómo es que levantar una gota y mantenerla suspendida en el aire, facilita su análisis para detectar partículas contaminantes? La respuesta se encuentra en el LIBS, mejor conocido como espectroscopia de plasma inducido.

Consiste en someter al líquido a un láser de muy alta energía hasta producir plasma. Mismo que contiene los remanentes de todos los materiales y elementos que antes tenía,  al estudiar la luz que emite, es posible identificar los componentes químicos, entre los que pueden presentes metales pesados como el cadmio o el mercurio.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]El dilema radica que usar el LIBS en agua es complejo. Si se aplica este proceso a un contenedor con agua, el láser altera el líquido y provoca movimientos que impiden el análisis; al tomar una pequeña muestra, el láser afecta la composición del agua y también del contenedor, dando así, resultados inesperados o bien, dejándonos justo dónde empezamos dicho proceso, en ceros. Pero, ¿qué pasaría si el agua estuviera suspendida en el aire sin contacto con ninguna otra cosa? Bingo.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Jairo Peralta y Victor Contreras del Instituto de Ciencias Físicas, podrían tener la clave para detectar contaminantes en el agua, de forma mucho más eficiente y más eficaz que los métodos similares. Incluso podría ser el precedente para dispositivos portátiles de detección de metales  y otros cuerpos pesados en el líquido vital.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»2401″ img_size=»full» qode_css_animation=»»][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern»][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]En sus pruebas, encontraron que a través de este mecanismo es posible detectar cantidades muy pequeñas de contaminantes; con apenas una sola gota fueron capaces de localizar 0.7 miligramos de cadmio por litro y 0.2 miligramos de barium por litro. Todo, a través de un proceso que toma minutos y muy poca energía.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]¿Por qué emplear ondas acústicas en vez de el electromagnetismo? La razón, es su efectividad. Ondas de sonido  que pueden suspender gotas de agua sin ninguna complejidad técnica. Además, parte de la investigación tiene como propósito hacer que este tipo de análisis sea más frecuente, por su bajo costo. La levitación acústica es, comparado con el resto de alternativas, el mejor método de análisis de agua hasta la fecha.

 

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