El mes del orgullo no es una celebración, es tiempo de reflexión y representa una ardua lucha por los derechos igualitarios de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTQ+. Y aunque ya han pasado más de 50 años desde que comenzó este movimiento, es evidente que el camino hacia un mundo lleno de aceptación y libre de homofobia todavía se siente lejano.
Pero como los grandes cambios comienzan cuando se escucha a quienes persiguen una causa, esta vez decidimos que la mejor idea para conocer a la comunidad LGBTQ+ era dándole voz a las personas que la conforman.
Así conocimos a Caro Charbel, una activista que lucha contra la violencia de género y busca defender los derechos de la comunidad LGBTQ+. Para Caro ser pride significa tener la oportunidad para hacerse notar como una ciudadana más sin que sus preferencias sexuales determinen quién es como ser humano; también significa tener una posición de reconocimiento para que, sin prejuicios y estereotipos, por fin se pueda expresar el “así soy y estoy orgullosa de ello”.
También escuchamos a Roger, un joven escritor que, pese a las adversidades de los calificativos homofóbicos y el miedo a sentirse perdido dentro de una sociedad poco tolerante, hoy en día sonríe a la cámara seguro de quién es y de lo que busca lograr en la vida. Para Roger la oportunidad de poder ser él mismo y poder hablar de sus sueños y proyectos es la mejor parte de haber salido del clóset.
Enrique Medina, un estudiante de Ciencias Políticas, nos cuenta que, desde su perspectiva, ser pride es un constante acto político para conseguir los derechos que por naturaleza humana le pertenecen: un matrimonio igualitario; la libertad de salir a la calle tomado de la mano de su pareja sin ser juzgado; el respeto de la gente que lo rodea ya sea en la escuela, el trabajo o la calle. Enrique reconoce el daño que hace la homofobia porque lo ha vivido en carne propia y espera que en un día no muy lejano las preferencias sexuales dejen de delimitar quién merece un trato digno y quién no.
Jerry Zepeta, un event planner, expresa que ser pride involucra la aceptación de sí mismo, pero, sobre todo, que los otros le vean tal y como es sin que su sexualidad demerite su valor como persona. Y aunque Jerry salió del clóset a los 22 años, nos comparte que la mayor prueba de todas las vivió en el previo de expresar a la gente sus preferencias sexuales, pues la incertidumbre y el miedo por lo que pasaría en el futuro eran algo que lo mantenía intranquilo. Sin embargo, hoy en día no podría estar más orgulloso de ser parte de esta comunidad donde el amor es amor.










