Desde pequeña, la doctora de Magda Leyva supo que su vocación estaba en sanar y acompañar. Día con día, ha dedicado su vida a cuidar, orientar y ayudar a las mujeres en su consultorio ginecológico obstetra, combinando la ciencia con empatía y cercanía, para compartir su cariño y pasión en cada consulta. Conoce aquí su historia.

Ayudar a otras mujeres
A los seis años, Magda descubrió su fascinación por la medicina mientras observaba las cirugías que sus abuelos realizaban al ganado. Le llamaba la atención entender cómo estaban formados los órganos y jugaba a curar a sus hermanos, sin imaginar que lo que inició como un juego infantil marcaría el camino de su vida. Su amor por ayudar a los demás la llevó a estudiar medicina y encontrar su verdadera vocación en la ginecología.

Me di cuenta que me apasionaba la ginecología, ya que me gustaba mucho ayudar a las mujeres. Me gustaba mucho ver cómo nacían sus bebés, cómo se alegraban al tenerlos en sus brazos y me gustaba, sobre todo, también ayudar a las mujeres con cáncer, ya que mi abuela tuvo cáncer de ovario (….) yo solo tenía 13 años y yo decía: ‘Algún día quiero estudiar para ayudar a otras mujeres como a mi abuelita, que está sufriendo de cáncer’.

Tratar con cariño
Con el paso del tiempo, su pasión y vocación para ayudar a las mujeres la inspiró a construir un espacio donde ellas pudieran sentirse seguras y comprendidas. Así fue cómo decidió abrir su consultorio y, desde entonces, cada día busca ser un espacio seguro para sus pacientes.
Las mujeres necesitaban un espacio donde se sintieran cómodas, donde llegaran con un médico que las hiciera sentir en confianza, que las tratara con cariño y que fuéramos parte de una misma comunidad.

Magda reconoce y comprende que cada mujer tiene una historia distinta y que cada una de ellas es única, por eso, aunque cada consulta es personalizada, hay un elemento en común que la doctora mantiene en cada consulta: darles la confianza que te da una amiga para hablar de tus problemas, pues con ella, las mujeres tienen un espacio abierto para hablar sobre su sexualidad, sus dudas y problemas.
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Lo que llena el corazón
La niña que soñaba con curar y ayudar a los demás hoy se ha convertido en una profesionista que transforma vidas. Para Magda, lo más valioso de su labor es el agradecimiento sincero de sus pacientes.

Lo más gratificante, para mí, de mi carrera profesional es definitivamente cuando las pacientes me dicen gracias. Gracias porque se sienten mejor; gracias porque ya habían ido con muchos médicos y no se habían sentido bien hasta que llegan conmigo, o que nadie les había sospechado alguna situación y llegan conmigo y les ayudo, y ese gracias para mí es lo que más me llena el corazón.

Para dar una consulta digna de agradecimiento, Magda usa la honestidad como base de toda relación médica, siempre evita diagnósticos o tratamientos innecesarios y se preocupa por cuidar la economía de cada paciente.
Quiero que mis pacientes estén bien atendidas, pero también que tengan opciones. La medicina privada es costosa, por eso busco que cada una pueda decidir libremente dónde realizar sus estudios o comprar sus medicamentos.
Un espacio para sanar
Magda tiene claro que cada mujer merece sentirse segura, comprendida y feliz. Por eso, en cada consulta, busca no solo atender una necesidad médica, sino también ofrecer apoyo emocional y empatía.
Su meta es seguir creciendo profesionalmente y especializarse en cirugía de mínima invasión, con el propósito de brindar una atención más moderna, humana y accesible.

Si quieres visitarla puedes hacerlo en su consultorio ubicado en Torre Médica San Juan en C. Octavio Paz 1627, La Michoacana, 52166 Metepec, en un horario de lunes a jueves de 10:00 am a 8:00 pm, con cita previa al 722 825 2288.

La doctora Magda Leyva sabe que cada mujer merece sentirse segura, comprendida y feliz, por lo que en cada consulta se asegura de lograr su cometido y pasión principal desde los seis años: ayudar a otras personas.



