En la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Michelle Vázquez, estudiante de psicología encontró la oportunidad para llevar su labor y tradición con el barro a un proyecto de impacto internacional para dar visibilidad a la historia, raíces y tradición que la formaron y envolvieron desde los 6 años.
Una herencia que se moldea con las manos
La tradición inició hace cinco generaciones, cuando la familia paterna de Michelle inició la elaboración de artesanías de barro, y desde entonces se convirtieron en maestros que transmitieron en la familia, sus conocimientos y técnicas con paciencia y orgullo. De esta forma, Michelle con solo 6 años, comenzó a aprender y abrazar esta tradición motivada por su papá, mamá, bisabuelo y uno de sus tíos.
Desde esa edad, Michelle comenzó a participar en concursos infantiles de barro y año con año siguió puliendo y mejorando sus técnicas. Hoy en día, el sueño que inició cuando era niña se ha reflejado en triunfos y ha sido galardonada 14 veces, a nivel municipal, estatal y nacional.
Del taller al mundo
En 2022, Michelle sabía que debían innovar y dar un gran salto para que el negocio creciera, por ello, decidió emprender en redes sociales y fortalecer su venta en línea. Con ello, pudieron enviar sus productos no solo a otros estados de la república sino también a Estados Unidos, España y otros países.
Mi enfoque en redes sociales es brindarle esa parte de reconocimiento y visibilidad tanto al taller como a la labor artesanal. Y toda esta parte, pues, de tradición, cultura, con el arte popular mexicano
Estudiar, emprender y romper estereotipos
Michelle es un ejemplo de que a pesar de las voces externas que te dicen que no puedes hacer algo, si la convicción y decisión para hacer algo son mayores, puedes lograr grandes resultados. A pesar de que ella ha escuchado que es muy pequeña, o que es mujer o que sería mejor que ella estudiara, siempre ha tenido la voluntad y la decisión de dignificar su trabajo como artesana sin descuidar otros ámbitos de su vida.
“Yo tengo la capacidad de estudiar y también la capacidad para aprender la herencia del barro. Quería demostrarme que puedo involucrarme en diferentes ámbitos”
El vínculo que abrió la UAEMéx
Mientras estudia psicología en la UAEMéx, se acercó a la Unidad de Emprendimiento de su facultad. Ahí conoció a Emprende por Mujer, programa que la ayudó a vincularse con la empresa H&M. Tras presentar catálogos, colecciones y propuestas, su proyecto Taller Artesanal Vázquez fue seleccionado para participar en una expoventa de la marca con sus productos.
La empresa les pidió la producción de aproximadamente 55 piezas, entre los que destacaban cráneos de Frida y de danzas tradicionales, corazones fusionados con elementos mexicanos, soles, lunas y la emblemática sirena planchana de Metepec. Y en tiempo récord de 3 semanas, la familia Vázquez logró concluir el pedido para presentarlo el viernes 5 de diciembre en H&M Perisur.
El camino de Gabriela Ortega, vicepresidenta de Asuntos Externos de OEPSA de la UAEMéx
Artesanías que no conocen fronteras
Sin embargo, la expoventa en Perisur no es la meta, si no el punto de salida para seguir expandiendo el negocio. Michelle con esta oportunidad, pretende seguir creciendo, en primer lugar, quiere trabajar en una página web que permita envíos nacionales e internacionales y además trabaja con IFAEM para participar en ventas directas en el extranjero.
«Quiero seguir creciendo, buscar más oportunidades que brinden visibilidad al arte popular y continuar con esta parte de difusión y comercialización para que más personas se interesen por el valor del arte popular mexicano. Y, pues, eso, seguir desarrollando y creciendo.»
Perder el miedo a equivocarse
Si algo ha aprendido Michelle a lo largo de estos años, es no dejar que el miedo la frene, hoy, ella es un ejemplo de pasión y perseverancia, pero para poder llegar a dónde ella está ha enfrentado retos no solo externos, sino también internos que, aunque la hicieron tambalearse, no la han frenado en sus sueños.
“Mi consejo sería atreverse a soltar los miedos. Me pasaba mucho que el miedo a la frustración y al equivocarme me detenía mucho. Entonces, estos años fue como desafiate tú mismo, deja a lado el miedo a la frustración, el miedo a la pena». Porque solo te atoras. Entonces, pues sí, dejar atrás un poquito el miedo.»
Al final, su historia es prueba de que las tradiciones pueden renovarse sin romperse. Que el barro, moldeado por cinco generaciones, puede viajar tan lejos como sus manos lo permitan y que la determinación es motor clave para alcanzar los sueños.
