Después del exitazo rotundo que fue La casa de papel, todos nos quedamos con las ganas de ver un poco del trabajo del director mexicano Manolo Caro ¡y por fin se nos ha hecho!
Después de una ardua campaña de marketing y promoción, hoy por fin tenemos la dicha de ver “Alguien tiene que morir”, una miniserie de apenas tres episodios que duran entre 49 y 52 minutos.
Pero, ¿cuáles son las razones por las que deberíamos ver esta nueva apuesta?
Serie LBGTQ+
Las series LBGTQ+ se han convertido en una sensación a nivel mundial, pues por fin se habla de esos temas soltando el estigma tabú, sin embargo, Alguien tiene que morir tiene un punto aún más grande a favor: hablará de este tema en uno de los periodos más difícil de España, el franquismo.
En la España franquista (1936 -1976) de los años cincuenta, ser homosexual era tabú. Los funcionarios más fuertes podían caer apenas ellos o alguno de sus seres cercanos tuviera una relación con una persona de su mismo sexo.
Así, en esta producción veremos a su protagonista, Gabino (Alex Speitzer), un joven veinteañero, que después de una década regresa con su familia a España junto a Lázaro (Isaac Hernández), un bailarín de ballet. La cercanía entre ambos genera una ola de rumores sobre su sexualidad, que entre la élite se convierte en rumor, mientras en casa es un completo tabú.
En efecto, veremos un poco de la persecución a los homosexuales en un periodo fascista que todavía se mantiene fresco en los corazones españoles.
Denuncia patriarcal
En pleno 2020 una serie de esta categoría no podía pasar por alto el querer reflejar el patriarcado que siempre ha perseguido a las sociedades y, de acuerdo a su protagonista, Cecilia Juárez, que da vida a Mina, la madre de Gabino, la serie está hecha con un entramado para hablar de la estructura patriarcal, la libertad de expresión, los roles de género, la discriminación, la intolerancia y las apariencias en una sociedad conservadora, que, aunque están enmarcadas en la España de los años 50, revelan fragmentos de problemáticas actuales.
El personaje de Mina, es el de una madre mexicana que parece habitar en las comodidades durante el régimen franquista, pero que, en realidad, es una mujer que soporta la violencia y la represión familiar y política, porque parece no tener otras opciones.
Pasado que refleja el presente
Desde que Alguien tiene que morir se anunció, Manolo Caro ya había dicho que buscaría reflejar las problemáticas de la sociedad mexicana actual en su serie. Y, en efecto, la producción sirve como un espejo para denotar todos los tabú y aspectos de género que en pleno siglo XXI se están buscando romper no solo en México sino en el mundo entero.
En la serie no solo aparece la abuela clasista que busca mantener las apariencias, también está el padre que por su ambición profesional reprime a su hijo para que no exprese su homosexualidad y, evidentemente, también aparecerá la madre abnegada y comprensiva que apoyará las decisiones de su primogénito. ¿Verdad que no está tan alejado de la actualidad?
Isaac Hernández
El primer bailarín del English National Ballet debuta en la pantalla chica con Alguien tiene que morir y, además, lo hace convirtiéndose en el objeto de deseo entre los protagonistas. Su papel como Lázaro es un alma libre y sin prejuicios que se llegará a enfrentar a la represión del franquismo en la década de los 50.
Además de verlo actuar vamos a ser partícipes de varias coreografías que ejecutó específicamente para la serie, entre ellas ‘Don Quijote’ y un fragmento de ‘Carmen’, así como ‘El joven y la muerte’”.
Aunque las críticas están divididas, te dejaremos sacar tus propias conclusiones, así que ya tienes plan para este fin de semana.
Te dejamos el tráiler. De aquí te puedes pasar a Netflix.