Esta es una de las sorpresas que nos trajo la mañanera del presidente este 13 de mayo. Y es que el semáforo de riesgos es parte de la fase 3 del plan de reapertura escalonada que el gobierno mexicano comenzará a aplicar en los próximos días a nivel República Mexicana.
Sabemos que es posible que no haya quedado muy claro, así que te lo queremos explicar pasito a pasito.
Primero que nada, ¿para qué nos sirve el semáforo de riesgo?
Es sencillo, nos ayudará a medir qué tan peligroso es retomar actividades en las condiciones actuales del país. Las actividades y/o sectores que se están considerando son: “actividades laborales esenciales y no esenciales”, “espacio público abierto y cerrado’, “actividades que involucren a personas vulnerables” y “actividades escolares”.
Todas las actividades que se nombran anteriormente deben llevarse a cabo bajo las medidas de salud y del trabajo necesarias: la sana distancia, protocolos de sanitización, desinfección de los espacios laborales, filtros de ingreso, etc.
Las categorías planteadas se miden en torno a los colores rojo, naranja, amarillo y verde. El color refleja qué tanto riesgo involucra la reanudación de estas actividades.
Basémonos en el esquema oficial para explicarlo:
Cuando el color sea rojo, las labores esenciales (marcadas con el casco de trabajo) se pueden retomar con las medidas de salud pública y trabajo, sin embargo, el riesgo de contagio es muy elevado.
Cuando un estado llegue al color naranja, las actividades esenciales se mantienen y algunas otras como la minería, la construcción y la fabricación de autos (marcadas con el ícono de la fábrica) puede llevarse a cabo, sin embargo, el riego de contagio todavía es elevado. De ahí que se marque un “reducida” sobre el ícono de la fábrica y que éste mismo sea en un tamaño pequeño.
Asimismo, si el estado se encuentra en luz naranja, el retorno al espacio público abierto y cerrado (marcado por la banca y el árbol) se puede llevar acabo, pero una medida mínima, de ahí que aparezca el ícono en un tamaño muy pequeño.
En el caso de la población vulnerable dentro del mismo color, la situación para realizar todo tipo de actividades es de máximo cuidado, así que seguiría siendo recomendable que no volvieran a estas todavía.
El color amarillo sería un riesgo menor. Las actividades esenciales, así como las de fabricación, minería y construcción ya podrían llevarse a cabo de manera casi normal. Las no esenciales volverían lentamente.
Las actividades en espacios públicos abiertos y cerrados seguirían siendo reducidas, pero se comenzarían a unir las aperturas de museos e iglesias (marcados como el ícono de la casita), esto, por supuesto, en menor medida, de ahí que el ícono aparezca en tamaño pequeño.
El cuidado de la población vulnerable continúa, aunque se convierte en un factor medio. Podrían volver a incluirse a sus actividades, pero no en grupos grandes.
Las medidas de salud pública y trabajo se mantienen para TODAS las actividades.
Cuando por fin se logre el color verde, podríamos volver a la “normalidad”.
Las actividades laborales esenciales y no esenciales siguen su ritmo normal. Lo mismo con las de minería, construcción y fabricación.
Por fin sería seguro volver al espacio público abierto y cerrado, incluyendo museos, iglesias, centros de entretenimiento, bares, cines, restaurantes, etc; las personas vulnerables estarían bajo un cuidado de control menor y podrían integrarse a sus labores y/o salir a la calle.
Y lo más importante de todo, el sector escolar retomaría actividades.
Aun en foco verde, las medidas de salud públicas y del trabajo seguirían siendo necesarias por un tiempo.
El color de semáforo para cada actividad por región se actualizará cada semana, pero el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell, dio a conocer en conferencia, el mapa del país sobre cómo está el avance de la pandemia con corte a este 13 de mayo:
Parece que tenemos un serio problema en el centro del país, solo queda esperar a más reportes.
Esperamos que esta explicación te sea de ayuda.
