Quizá no sea la primera vez que escuchas que “estas elecciones” son las más grandes de la historia; este 2024 se debe a que con el paso del tiempo, el ejercicio electoral se ha ido sincronizando de tal manera que muchas de ellas coinciden el 2 de junio.
Así es como llegamos al 2024, donde más de 20 mil cargos se someterán a elección popular en cada uno de los estados de México.
Será el próximo 1 de marzo cuando las campañas comiencen en cada uno de los estados del país para elegir presidente de la República Mexicana, 128 senadores y senadoras, y 500 diputaciones federales. A ello se suman 19 mil 634 cargos locales en Chiapas, CDMX, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Guía para votantes primerizos en Elecciones Presidenciales 2024
Y todo hasta aquí suena, hasta donde lo conocemos las generaciones que llevamos votando durante años, un ejercicio político más. Sin embargo, no debemos perder de vista que poco a poco el campo político se ha adentrado en las dinámicas digitales de las redes sociales, lo que ha venido a modificar la forma de ver y hacer política en el país.
¿Likes o votos?
Cada vez tenemos más normalizada la aparición de figuras públicas en redes sociales, creando contenidos para TikTok y tuits que se llevan las palmas a la pluma más ágil de la plataforma, lo que nos lleva a pensar si estas elecciones estarán llenas de espectáculos digitales que acrecentarán los números en las plataformas de cada uno de los candidatos.
Los votantes ahora ya no solo se enfrentarán a ver las calles infestadas de lonas con el rostro de quien podría ocupar la silla presidencial, sino que el feed de nuestras cuentas será invadido por coreografías, trends y hasta influencers que apoyan a tal o cual persona como si de ser simpáticos y hasta fotogénicos se tratara.
Al final, esto podría repercutir en qué tanta atención, seriedad o realismo se le dé a las propuestas lanzadas a partir del 1 de marzo, e incluso qué tan viables sean las agendas de cada uno de ellos.
En el mejor de los casos, las plataformas digitales servirán para obtener mayores alcances en propuestas y nombres de los contendientes, ya sea a nivel federal y local. En el peor de los casos se pone en riesgo la confianza del electorado.
No todo está perdido a través de las campañas en las redes sociales, pues fungen como una herramienta, sobre todo, para los candidatos independientes que promueven sus candidaturas a un bajo costo y con alcances que de manera análoga serían imposibles.
Ahora sí podemos hablar de una cercanía entre candidatos y votantes y romper las barreras de la comunicación a través del feedback de la ciudadanía en los comentarios y mensajes que se dejan en el contenido creado por las figuras públicas, del cual no dudamos que sea necesario pero sí qué tan funcional es.
Y no, con todo esto no te queremos ofrecer la inacción o el abstencionismo como una opción, sino todo lo contrario, a reflexionar sobre qué es lo que queremos de la siguiente silla presidencial, a pensar en el futuro de la política en México, a dejar de encaminar a los candidatos a la trivialización de la política (que no es algo nuevo).
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