Feria del Alfeñique, una tradición toluqueña que ni en pandemia muere

Cuando hablamos del mes de octubre en Toluca inmediatamente nos viene a la mente la tradicional Feria del Alfeñique, ¿no es así? Aunque la festividad en sí involucra el Día de Muertos, por años los puestos de calaveras y alfeñiques han inundado Los Portales de la capital para recordarnos desde semanas antes que a la muerte es mejor respetarla… y retratarla en dulce.

 

 

Pese a todos los malos pronósticos, este lunes los artesanos arrancan su trayectoria por una de las ferias más complicadas y atípicas que ha tenido Toluca. Desde hoy 19 de octubre y hasta el 2 de noviembre, 54 puestos buscarán que ni la pandemia los detenga de hacerse con clientes que disfruten en grande un buen dulce de temporada.

 

 

En tu visita a la Feria de este año deberás portar cubrebocas, usar gel antibacterial constantemente (que encontrarás en cada uno de los puestos) y como medida extra, solo se te permitirá estar por un máximo de 30 minutos. ¡Así que tendrás que hacer el recorrido casi a velocidad luz!

 

 

Se tiene previsto que por la tarde, de 17 a 21 h, y durante los fines de semana, de 15 a 21 h, se creen filtros de acceso para controlar la afluencia de los visitantes, uno de ellos estará ubicado a un lado de la avenida Hidalgo, en la intersección con Bravo y sobre el Andador Constitución, y el segundo por la Concha Acústica en sus dos accesos.

 

Y ahora que hablamos de términos generales, pasemos a profundizar un poco sobre esta celebración.

 

 

 

Tradición milenaria

 

 

Sabemos que la celebración del Día de Muertos es una de las creencias más antiguas con las que vivimos los mexicanos. Desde tiempos prehispánicos las civilizaciones antiguas honraban a sus muertos y les ofrecían diversos tipos de ofrendas, entre ellas algunas figuras a base de maíz, miles, amaranto a las que llamaban tzoalli. Como, en efecto, no podía haber ofrendas sin sangre humana, cuando ocurrió la conquista este tipo de tributos terminaron.

 

 

Según datos históricos, la tradición peninsular del dulce de alfeñique llegó a América con los españoles y, aunque no era como la que conocemos ahora, sí se mezcló con otros ingredientes nativos, desarrollando diferentes maneras de hacerlo. Así que podemos decir que el alfeñique es una mezcla de culturas.

 

 

Alfeñique en Toluca

 

Buscar una definición de “alfeñique” nos remitirá directamente al árabe “fino” o “delicado”, tal y como lo dijo Don Quijote en un capítulo de la novela: “solo para Dulcinea soy de masa y de  alfeñique”. El aspecto quebradizo, sin duda ahí está.

 

 

La historia de este dulce comienza con Francisco de la Rosa, quien se dice era un avecindado de Toluca, que en 1630 solicitó permiso a la corona española para elaborar el dulce de alfeñique, una vez obtenido el permiso instaló su comercio en la calle Real, hoy calle de la Independencia.

 

 

De acuerdo a una investigación que realizó Adriana Veneranda Montoya Garduño, egresada de Antropología por la UAEMéx, en 1950 las familias artesanas colocaban en mesas los dulces de alfeñique para su venta en los portales de la capital mexiquense, así como en el tianguis ubicado, en ese entonces, en la calle de Rayón, Juárez, Riva Palacio y Lerdo, alrededor del Mercado Hidalgo, hoy Cosmovitral Jardín Botánico.

 

 

Para los años 60, los artesanos comenzaron a trasladarse a Los Portales y en 1985 se establecieron en los “locales metálicos” clásicos que vemos hoy en día. Fue a partir de ese año cuando se le nombró oficialmente “Feria del Alfeñique”.

 

 

Mauris nec diam venenatis egestas arcu sed gravida estna.

Zeen Subscribe
A customizable subscription slide-in box to promote your newsletter
[mc4wp_form id="314"]

Descubre más desde Escaparate!

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo