Amamos las películas y amamos a los personajes que traen a la vida las películas. Pero si de algo no tenemos duda es que una película no es nada sin música que ambiente los momentos más cool y tensos de toda la trama. ¿O no?
El top que te vamos a presentar está basado en varias páginas cinéfilas y en las críticas de las películas. Así que si se nos va alguno no olvides mencionarlo.
Trainspotting (1996)
Muchas drogas (bueno, heroína) y un Ewan McGregor que dejó todo de sí mismo en esta cinta tan espectacular. La película ya se considera como parte del cine de culto y, por lo tanto, también lo es su soundtrack.
El viaje destructivo de Renton y compañía fue acompañado por joyas como “Perfect Day” de Lou Reed, “Lust For Life” de Iggy Pop, “Mile End” de Pulp y un increíble mix de “Temptation” de New Order.
Lo que hace épico y glorioso a este soundtrack es que nos da un recorrido por la música inglesa de los 60 hasta la música electrónica de los 90. Cada rola ahí es una joyita.
Y por si no lo sabías, la producción quería agregar una canción de la banda Oasis y se puso en contacto, pero Noel Gallagher rechazó la idea porque pensó que la película era sobre trenes. Pues nada, ahora se ha de andar arrepintiendo.
Scott Pilgrim vs. The World (2010)
Quién diría que ya son 10 años desde este masterpiece. Y decimos obra maestra porque se necesita mucho talento y calidad para adaptar un cómic a una cinta sin perder el toque. Sin embargo, Edgar Wright logró hacerlo tan bien que todavía no la superamos.
Gran parte de la esencia de la película, y el cómic gira en torno a las bandas en las que tocan los personajes, pero Wright en lugar de llenar el film solamente canciones conocidas como «Teenage Dream» de T-Rex o «Katrina» de Black Lips le dio un toque especial y convocó a músicos para que crearan canciones originales.
Beck y Nigel Godrich compusieron las rolas de la banda Sex Bob-Omb, Metric las de The Clash at Demonhead y Broken Social Scene las de Crash And The Boys. ¡Hell Yes!
Dancer in The Night (2000)
I mean, Björk bebé es quien le da vida a Selma, la protagonista de la cinta y, además, ella misma compuso las rolitas que nos hacen estremecer en este peliculón porque Björk las escribió “desde la perspectiva del personaje”.
Así es como Selmasongs narra la trágica historia de una checa y su pérdida progresiva de visión, a través de la hermosa voz de Björk. Speachless.
The Graduate (1967)
Esta película es un clásico de clásicos y Mike Nichols supo hacer su trabajo tan bien que la cinta ya es de culto.
Hello darkness my old friend… recita “The Sound of Silence” del dueto Simon & Garfunkel y cierra la legendaria película The Graduate, gracias a esto se da paso a uno de los finales más emblemáticos del cine. Teo Macero, productor del músico Miles Davis, fue el encargado de curar la banda sonora, compuesta en su mayoría por canciones de Simon & Garfunkel.
Only Lovers Left Alive
Jim Jarmusch no sólo escribió y dirigió Only Lovers Left Alive, también se encargó de musicalizar esta romántica historia de vampiros rockstars junto a su banda SQÜRL, en colaboración de músicos como Jozef Van Wissem, Madeline Follin y Zola Jesús.
Las melodías dotan de oscuridad, belleza y cierta elegancia victoriana que acompaña las excelentes actuaciones de Tilda Swinton y Tom Hiddleston, que nos hacen desear estar muertos en vida.
The Virgin Suicides (1999)
Esta película está basada en la novela homónima del norteamericano Jeffrey Eugenides, en la que participan reconocidos actores como James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst y Danny DeVito.
A pesar de que la directora, Sofía Coppola, logró un gran reparto, la adaptación no fue tan exitosa, pero se convirtió en película de culto gracias a su banda sonora, creada por el dúo francés AIR.
Nicolas Godin y Jean-Benoît lograron captar el miedo, el amor adolecente y la muerte en piezas instrumentales que van del jazz al rock experimental. Sorprendentemente el tema principal “Playground Love” fue escrito por Gordon Tracks, conocido como Thomas Mars, vocalista de la banda francesa Phoenix.
Requiem for a Dream (2000)
En uno de sus mejores trabajos, Darren Aronofsky nos lleva en una odisea por el mundo de la drogadicción extrema. Vemos cómo las vidas de los personajes son destruidas poco a poco, hasta que sus cuerpos y mentes quedan en ruinas. Todo esto acompañado por una banda sonora en clave menor, tan deprimente como las imágenes que vemos en pantalla.
Clint Mansell es el responsable de componer una de las canciones más épicas de la historia que, lamentablemente, apuesto a que todos ya estamos cansados de escucharla, a pesar de ser excelente.