Héroes de la pandemia: Las historias detrás del cubrebocas

[vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern»][vc_column][vc_column_text]Por: Ibiza Chedid

Este año parece sacado de una película de ficción y como si fuese una cinta taquillera, la pandemia nos ha otorgado héroes y heroínas que han mantenido al mundo en una sola pieza. Además de ser valientes y entregados a su labor, estas personas han demostrado que son seres humanos con gran ímpetu. Por esa razón queremos honrarlos en nuestra portada del mes y así agradecerles su fortaleza al salir a la calle día con día, pues se exponen  al peligro para que nosotros nos mantengamos a salvo.

 

 

Thelma Salgado

 

Mientras todos se alejan para no contraer la enfermedad, los médicos y las enfermeras son los que reciben a los contagiados de COVID-19. Thelma forma parte de la primera línea de batalla de una pandemia que hasta hoy ha infectado a más de 2 millones de personas y cobrado la vida de miles más en el mundo.

 

Ella es médico de urgencias en una de las clínicas asignadas para tratar esta enfermedad en Toluca y nos recibe con una sonrisa en el rostro como a todos los pacientes y familiares que llegan a las puertas del hospital. Por un momento, esa muestra cálida de bienvenida hace desaparecer el notable cansancio físico y emocional que la consume, pues desde hace semanas Thelma solo se dedica a trabajar, durmiendo apenas lo mínimo porque no tiene tiempo ni cabeza para más.

 

Thelma se prepara como lo hace normalmente antes de su turno. Repasa cada paso para asegurarse de no olvidar ningún detalle: la bata quirúrgica, el traje tyvek, triple capa de guantes, botas quirúrgicas, gorro para el cabello y una máscara que, aunque se ha vuelto un accesorio cotidiano en estos días, sigue impactando a la vista no solo por su apariencia apocalíptica, sino porque reduce la visión, audición y oxigeno de Thelma en cuanto se la coloca. Así comienza su turno que muchas veces dura hasta 12 horas.

 

Mientras nos aproximamos a la sala de primer contacto, Thelma menciona que una de las cosas más difíciles de esta lucha es saber que, cuando un paciente de COVID-19 ingresa al hospital, ya no tendrá más contacto con sus familiares y estará completamente solo.

 

A la doctora Salgado le preocupa su familia y quienes la rodean, pero se mantiene firme, cuidadosa y, sobre todo, extraordinariamente humana al arriesgar su vida para salvar la de los demás.

 

En medio de esta tragedia, los médicos, enfermeros, camilleros y el personal de limpieza que habitan los hospitales se han convertido en verdaderos héroes, pero a su vez, también son una población de riesgo enorme que con valentía demuestra un sacrificio, compromiso y amor al prójimo en esta guerra invisible.

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Mario Berna

 

En plena pandemia hay héroes que, aunque no están en la primera línea de la batalla contra el coronavirus, realizan una de las tareas más dignas de reconocimiento: el servicio a domicilio.

 

Mario es uno de los grandes salvadores para quienes se resguardan en casa, pues trabaja para Mercado Libre y diversas empresas de paquetería. Él, como muchos otros, transporta desde medicamentos, productos de primera necesidad y alimentos hasta videojuegos o partes de autos.

 

Mario ha notado varios cambios tras la pandemia, por ejemplo, la movilidad en las calles se ha tornado más fluida y le permite dar un servicio más rápido; también reconoce que se ha modificado la forma en la que la población recibe sus paquetes. Mario nos cuenta que algunos lo reciben en casa con guantes, cubrebocas, sana distancia y a veces hasta debe dejar los productos en un sitio específico que los consumidores han designado en casa para la llegada de artículos del exterior. Por otro lado, algunos parecen no estar conscientes de la situación, es por eso que este repartidor toma sus propias medidas desde que llega a trabajar hasta que termina sus labores.

 

Ya que algunas veces no le es posible lavarse las manos con la regularidad que él quisiera, su empresa le brinda cubrebocas y gel antibacterial. A pesar de la situación, a Mario le gusta su trabajo porque lo mantiene en movimiento, pues en estos momentos de cuarentena se le haría muy difícil estar en casa sin hacer nada.  Asimismo, este trabajo le permite ayudar a la ciudadanía a mantenerse a salvo en casa, por ello, al hacerles llegar los productos que necesitan, disfruta mucho ver la satisfacción de la gente, así que sabe que el riesgo vale la pena.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=»39539″ img_size=»full» alignment=»center» qode_css_animation=»»][vc_empty_space][vc_column_text]

Karina Hernández

Karina es madre de 3 hijos, parrillera y cocinera en Norte 507, restaurante que mantiene sus puertas cerradas pero el corazón abierto con servicios a domicilio y pick up.

 

Ella es una de las miles de personas que se mantienen al pie del cañón y frente al calor de las brasas para seguir ofreciendo servicios alimenticios a la ciudad.  Aunque esta parrillera ya estaba acostumbrada a trabajar con mucha higiene y cuidados, su preocupación principal reside en enfermar y no poder sustentar a su familia de la cual es el único pilar económico.

 

Karina sabe que si ella no se presenta a trabajar todos los días, no puede mantener a sus hijos, sin embargo, tiene una gran actitud de servicio y cocina con amor, pues está consciente de que su labor es esencial ante la gran crisis de salud.

 

Esta súper mujer menciona que le causa mucha satisfacción saber que las personas pueden quedarse en casa con el estómago lleno y agradece el poder seguir trabajando para que al igual que los consumidores, su familia y ella tengan un plato en la mesa. Aun así, ansía que esta situación termine pronto para así ser capaz de abrazar libremente a sus hijos sin preocuparse de enfermarlos. También espera ansiosa que las ventas vuelvan a la normalidad, solo así recibirá el salario completo que necesita para mantener a su familia.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=»39538″ img_size=»full» alignment=»center» qode_css_animation=»»][vc_empty_space][vc_column_text]

Jesús Mejía

 

Con el coronavirus convertido ya en pandemia, la necesidad de informarnos aumenta y es importante que los medios de comunicación lo hagan de manera ética y comprometida. La sobreinformación y la circulación de noticias falsas o que crean pánico social contribuye a empeorar la difícil crisis que afrontamos como sociedad.

 

Hoy más que nunca necesitamos un periodismo responsable como el de Jesús, quien se encarga de salir a las calles día con día para mantenernos informados.

 

Jesús en un héroe de la información que nos hace llegar a donde sea que estemos fotografías, videos y textos que transmiten la situación actual del país. Con cada reportaje y cobertura, los periodistas del país y el mundo se arriesgan a los peligros ya conocidos, entre ellos la inseguridad que, desgraciadamente, ninguna pandemia ha podido frenar en México. Sin embargo, comunicadores como Jesús se mantienen apasionados y comprometidos con la información  que crece encarecidamente a cada momento.

 

Él se prepara para cada cobertura con cubrebocas y lentes. Cuando es una situación de alto riesgo utiliza careta, traje tyvek, guantes y botas de protección que tras un proceso laborioso de colocación le permite tomar camino a realizar su reportaje; así, al volver de cubrir una nota, siempre hace una limpieza profunda de su equipo de trabajo.

 

La situación no es fácil ni siquiera para los periodistas que están acostumbrados a las buenas y malas noticias 24/7 y que ahora viven rodeados de información sobre el coronavirus, pero no pierden el temple. Pese al riesgo y la incertidumbre, siguen comprometidos con sus lectores para llevarles la información y ayudarlos a tomar las mejores decisiones aun en tiempos de pandemia.

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Héroes en las calles

 

Englobar a los miles de elementos de seguridad que se enfrentan a esta situación no ha sido sencillo. Personal de seguridad, policías municipales, federales, militares y elementos de la Marina resguardan las calles de todas las ciudades con el propósito de mantenernos a salvo.

 

Cada una de estas personas diariamente busca crear conciencia y responsabilidad de acatar las órdenes mundiales impuestas para frenar y disminuir esta pandemia en la ciudadanía. Estas semanas hemos observado que más allá de transeúntes comunes, son los elementos de seguridad los que pueblan las calles. Queremos reconocer su labor no solo por ser héroes que nos protegen todos los días, sino porque ellas y ellos dejan sus hogares y familias para mantener el orden y la seguridad de la ciudad.  Al estar en contacto diario con esta crisis sanitaria, su integridad física y su salud están de por medio.

 

Ellos permanecerán en las calles hasta que esto termine y continuarán recordándonos constantemente “#QuédateEnCasa”.

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