El #WeCanDoIt ha sido una tendencia en los últimos años para hablar del empoderamiento femenino en cualquier ámbito social. Hoy, con el triunfo de Biden, Kamala Harris le da un significado mayor a esa frase, pues se ha convertido en la primera mujer en llegar a la vicepresidencia de los Estados Unidos.
Exfiscal y senadora por California, Harris representa un cambio radical en el futuro del país vecino. ¿La razón? La posibilidad de que una mujer afroamericana y de origen inmigrante pudiera coronarse en el escenario político de americano parecía un mito, y aún más si se hablaba de los altos mandos de un país tan conservador como lo es Estados Unidos.
Ni conservadora ni progresista, feminista pero no militante del movimiento, propicia la mano dura contra el crimen, aunque lucha porque las cárceles no estén llenas de hombres negros. Kamala representa la primera generación de estadounidenses para su familia, hija de un jamaiquino y una mujer de la India, y ahora es el rostro del cambio demográfico hacia la inclusión de las minorías y, por supuesto, de las mujeres.
Un historial político sublime
Con una formación en Ciencias Políticas y Economía en la prestigiosa Howard University de Washington y un doctorado en Derecho en la Universidad de California, la trayectoria de esta mujer de 54 años está llena de empoderamiento desde sus inicios en la política estadounidense.
Fue la primera mujer fiscal del distrito en San Francisco y la primera fiscal general de California pese a ser “mujer”, “negra”, “asiática”, un hito en un país donde el 80% de los fiscales son hombres y el 90% blancos. También es la segunda mujer negra que se convirtió en senadora.
Cuando llegó al Congreso, hace dos años, se hizo una promesa y aseguró que su principal motivo para estar allí era “sacar a Trump de la Casa Blanca, por juicio político o por las urnas”, hoy lo está logrando.
Como senadora siempre ha buscado que se lea brinde atención a los grupos históricamente marginados como las mujeres, los negros y los blancos de bajos ingresos. En su forma de debatir está el poder y la manera de defender sus ideales; siempre aguerrida se convirtió en la “guardaespaldas” de Joe Biden.
Así es Harris
Con una “vena política” de nacimiento, además de senadora y ahora vicepresidenta, Kamala es escritora y en cada uno de sus textos presenta una nueva versión de sí misma, siempre defendiendo una causa que históricamente ha sangrado a su país desde hace siglos.
En Smart on Crime habla de la educación y cómo el poco acceso a esta ocasiona una ignorancia masiva que termina desencadenando una juventud llena de crímenes, incluyendo el robo y los asesinatos.
Por eso, cuando fue fiscal general, introdujo una ley por la que se imponen multas y hasta condena de cárcel a los padres que no obligan a sus hijos a ir a la escuela defendiendo su postura asegurando que “la educación pública es la última defensa contra una vida criminal”.
En el Senado aseguran que durante las audiencias es la que hace las preguntas más duras y capciosas. Kamala es una fiscal no solo política, sino de la vida cotidiana que no descansará hasta seguir llevando los ideales y el #WeCanDoIt por todo Estados Unidos.
Ahora, desde el 20 de enero de 2021, hará un cambio radical en el país americano y sin duda será para bien, pues como diría un abogado rival suyo en uno de sus tantos juicios como fiscal, Kamala “es como un virus informático, una vez que encuentra una puerta de entrada, no para hasta borrarte de la pantalla”.
Sin duda un mensaje al mundo de que las mujeres avanzan con pasos firmes, ocupando espacios que pueden cambiar el rumbo de la humanidad.