Los riesgos del Buen Fin: deuda y falsas ofertas

Según datos del Coneval de 2018, en el Estado de México 9 millones 87 mil personas (51.4% de la población) tienen un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingreso, esto representa el valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes. Con estos datos, quizá el Buen Fin no esté destinado a ese porcentaje de poco más de la mitad de la población mexiquense, sino para otro sector que sí tenga capacidad para reactivar la economía.

Porque no debemos olvidar que el denominado Buen Fin fue creado para reactivar la economía. Es una iniciativa gubernamental hecha en conjunto con empresas privadas en la que el consumidor tiene supuesto acceso a diversos productos y servicios con precios más bajos y con promociones diversas.

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Los ofrecimientos del Buen Fin son para personas que, mediante un crédito o un esfuerzo económico de cualquier índole pueden consumir productos específicos. De esta manera, los consumidores que asistirán a tiendas o harán múltiples compras en línea tampoco pertenecen al 7.6% de desempleados que, según cifras de agosto de este año de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, existen en la entidad.

El Buen Fin puede transitar entre la reactivación de la economía y el cumplimiento de las características del denominado consumismo, como el hecho de que la demanda de los usuarios puede ser creada, esto es que se compren productos de lujo como si fueran necesarios y que la influencia del “marketing” predomine sobre la planeación.

¿Qué se compra?

Según datos de una encuesta realizada por Profeco, en el Buen Fin de 2019 “los productos más comprados fueron ropa y calzado con 26%; electrodomésticos con 12%; celulares y accesorios con 12%, y para acceder a estos productos.

Algunos consumidores recurrieron a líneas de crédito o endeudamientos que causan afectaciones en la economía del comprador en el entendido de que, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) –cita un documento de Resuelve Tu Deuda– “sólo 3 de cada 10 mexicanos lleva un registro de sus gastos y el 76% realiza, al menos, una compra no planeada al mes”.

Por otra parte, en el artículo “¿Realmente bajan los precios durante el Buen Fin?” de Raymundo Campos y Eduardo Medina se menciona que “el Buen Fin no puede ser considerado como un evento de baja generalizada de precios.

Los descuentos ofrecidos por distintas cadenas tienen diferencias considerables. En algunos casos, diversos establecimientos han adoptado prácticas estratégicas que permiten hacer más evidentes las ofertas ofrecidas durante el evento”.

Foto: Jesús Mejía

En 2019 el Buen Fin en el Estado de México generó una derrama económica de más de 14 mil millones de pesos. Este 2020 el Buen Fin se realiza en un momento de crisis económica agravada por la pandemia de covid-19 y, pese a ser una actividad económica excluyente para quienes su prioridad es resolver sus necesidades básicas o conseguir un empleo, miles de personas se volcarán a las calles o harán compras en línea de los productos que desde su perspectiva son necesarios y, quizá, un poco más baratos.

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