Diseñador industrial, amante de los deportes extremos y mexiquense chingón, Marco Perabeles es el fundador de una de las empresas sustentables más interesantes e innovadoras de México: Smart Container
Texto: Donají Aguilar / Fotografía: Jesús Mejía
¿Te imaginas una escuela, una clínica, un restaurante o un museo que como estructura principal tenga un contenedor marítimo? Si tu respuesta es no, ahora tienes una explicación clarísima de lo que este emprendedor hace a través de Smart Container.
Aunque puede sonar descabellado, el reciclaje de estas enormes piezas de acero no solo le hace un parísimo al mundo, también se ha transformado en la forma más ecológica de construir y pensar en un futuro a corto y largo plazo.
De proyecto universitario a forma de vida
Hace 11 años Marco propuso en una de sus clases de licenciatura que los contenedores se pudieran emplear como una herramienta eficaz e inmediata para lidiar con los desastres naturales. Estas piezas metálicas llegarían a establecerse como clínicas, albergues y refugios temporales resolviendo la problemática en el menor tiempo posible.
Después de eso, nuestro diseñador industrial comprendió que los contenedores eran demasiado adaptables y no solo podían ocuparse en casos de emergencia. Fue así como puso manos a la obra y consiguió no solo el espacio idóneo para consolidar su empresa, sino también los convenios con las navieras que serían las responsables de enviarle la materia prima para trabajar.
En una época donde lo importante es pensar en un futuro donde se pueda reducir el impacto ambiental del ser humano, su empresa es de las pocas que apuesta por el diseño sustentable de bajo costo.
“Crear algo es sacar una parte de ti y presentarlo al mundo”.
Creatividad infinita
Para Marco los contenedores marítimos son como legos gigantes y los únicos límites a la hora de crear su nueva forma son las ideas del diseñador. Así que, prácticamente, estaríamos hablando de un catálogo infinito de invenciones.
Benito Guerra: éxito y pasión sobre ruedas
Marco siempre ha amado lo que hace porque nunca lo ha visto como un trabajo, más bien, cada que diseña un nuevo contenedor siente una adrenalina especial al imaginar cómo resultará la idea.
Cuando le preguntamos cuál es la parte más interesante de su trabajo, orgulloso responde que es poder ver sus ideas, incluso las más locas, plasmadas en arquitectura que se puede transportar a cualquier lugar.
“Lo que más me apasiona, literalmente, es ver hecho realidad lo que yo estoy proyectando en lápiz y, claro, que estamos poniendo un granito de arena para cuidar el planeta”.
Creer en el sueño
Marco confió en su sueño y se clavó en perseguirlo hasta el final. Su papá, que siempre ha sido su mano derecha, no dudó en apoyarlo y desde entonces los dos forman el dúo dinámico que hace posible Smart Container.
La pasión por lo que hace se refleja en el brillo de sus ojos cuando lo ves relatar lo maravilloso que es que apostarle a la sustentabilidad a través del diseño industrial. Entre algunas risas y gestos, Marco asegura que el futuro del mundo está en proyectos como el suyo.
“Hay que poner manos a la obra desde el día uno y no dejar pasar más tiempo porque si no las cosas no suceden”.
Romper barreras
Aunque este proyecto lo apuesta todo por la sustentabilidad y tiene a su favor la movilidad de cada creación a cualquier rincón del país, Marco sabe que una de las mayores limitaciones al momento de seguir creando es la mentalidad cerrada de las personas.
“La gente no cree que un contenedor sea la mejor opción para establecerse. Piensan que no es nada funcional, que es muy reducido, que la temperatura dentro de él será muy alta, sin embargo, es incluso más eficiente que el método constructivo tradicional”.
A pesar de que ha sido difícil, Smart Container ya ha logrado llegar hasta los rincones más alejados de la República Mexicana. Su eficacia y movilidad es tanta que incluso se adentraron en la Sierra de Guerrero donde ni siquiera había caminos. ¡Así de grande es este proyecto!